¡Que así sea!

Una publicación para describir e informar

miércoles, 19 de octubre de 2022

JULIO

 

No me sugirió dejar en el anonimato sus apellidos. Pero se llama Julio. Un jubilado de 82 años; robusto como un cedro, a pesar de su palidez; de acento pausado... A las siete y un poco de la mañana, comienza abrir la memoria y contar parte de una historia laboral, que aun la consideraba brillante, mientras esperábamos avanzara la cola de la Farmacia, luego de saber que su interlocutora era una periodista.

"Mil seiscientos pesos cobro como jubilado del sector de la Construcción, de la construcción -enfatiza- Si me pongo a decirte las obras en las que fui jefe, no lo vas a creer: La Escuela Formadora de Maestros, la Empresa Metunas, parte de los Laminadores, el organopónico gigante del poblado de Vázquez…

Así y todo –recalcó- no me pesa haber trabajado en puestos peligrosos y rudos, construir es hermoso... Después que ves la obra terminada te preguntas si  fuiste tú mismo... (Se sonríe con una mezcla de orgullo y frustración)

Aquí estoy para comprar los medicamentos de mi esposa que padece de Alzheimer, la dejé sola… Tengo dos hijos, pero tienen sus familias. Menos mal a una sobrina que vive en Estados Unidos, que a cada rato nos manda algo, sino no pudiera. En este mismo mes le compré “por la calle” una triamcinolona a mi mujer: dos mil pesos, figúrate tú… ¿de dónde?!"

Pero Julio permanecía contando parte de su vida como si nada estuviera sucediendo en el portal de la Farmacia de Buena Vista: los precios, la escasez de alimentos, los infortunios para conseguir un especialista dermatólogo y valorara a su compañera…

Yo, continuaba escuchándolo como si fuera la protagonista de una mañana densa, tortuosa, inexplicable. Le pedí grabar parte de su audio en mi celular, para tener constancia del testimonio, pero sugirió ser innecesario, porque todos, “el que más y el que menos, estamos parecidos”.

Casi roza el mediodía y el monólogo del constructor cada vez me resultaba, no por cotidiano, estremecedor.

"Ahora, con su permiso, voy a darle una vuelta a la vieja y tomar café; hacer una cola toda la noche no es nada fácil... Recuerde, por si acaso, que voy detrás de la señora de la blusa verde"

 

 

martes, 13 de octubre de 2020

 

                                                       


                                                               Coti y Tita

Un aleteo inusual hizo que nos pusiéramos en alerta. –¡Mami, mami se llevaron a Coti!, -así le pusieron los niños a un periquito australiano verde, que compartía su hogar con otra de color amarillo, (Tita) en el portal de nuestra casa.

-¡¿Cómo fue?!  ¿Quién hizo semejante daño? Preguntamos al salir al balcón y ver a Tita sin su compañero. Pero las interrogantes fueron en vano.

Una hora más tarde escuchamos a Coti desde un árbol frondoso frente a la casa y nos llegó el alma al cuerpo. Se comunicaba con su compañera, pero desde muy lejos… En la tarde noche lo vimos volar hacia el oriente… La esperanza se esfumó.

Un desánimo nos invadió a todos. El silencio fue brusco, insípido, fastidioso… _Bueno, las aves son para volar, vamos a tratar de abrirle la puerta a Tita, -pensamos taciturnos, mientras no queríamos creer en la fuga misteriosa del otro pajarillo.

Así nos acostamos, pensando en que Tita a la mañana siguiente echara a emprender su propio vuelo, quién sabe si fuera a encontrar su compañero…

Pero cada mañana trae su propio afán.  Al filo del mediodía,  ¡escuchamos en el árbol el sonido de Coti nuevamente! Jaulas trampas, chiflidos, hasta una cancioncilla que le entonaba con el antojo de que un día la “reprodujeran”  pusimos a funcionar para tratar de capturarlo, pero todo fracasó.

Al rato, él mismo, Coti, planeó lento hasta que fue acercándose a cierta distancia de su hogar…Poco a poco el avecilla verde se deslizó por el alambre que sujeta su casa y… ¡entró!

No se escuchó palabras por un largo rato, solo rostros llenos de asombro y emoción. Después que se rozó varias veces con su pareja comenzó a comer y comer hasta que estuvo saciado. Luego se arrullaron nuevamente.

No hubo vecino que no se asombrara de lo ocurrido y celebraran con una sonrisa el regreso del ave. La fuerza del amor hizo volver a Coti y descansaron sus alas junto a Tita, las mías,  echaron a volar.

viernes, 26 de junio de 2020

Personas, personas

Existen personas que nacen para tener un hogar funcional: padres unidos, hermanos íntimos,  que vivan cerca de la casa de los padres, estos a su vez tienen hijos que estudian y llegan a ser alumnos de la Universidad, algunos son médicos, otros abogados, arquitectos… se casan, tienen también hijos, construyen la vivienda en los altos  de sus viejos, se saben pacíficos, ensimismados en los quehaceres habituales de sus familias…normales.
Hay gente, mucha, que son felices, no tienen inconvenientes, van por las calles alegres, erguidas, pensando solo en lo bueno, en las cosas de la escuela o del trabajo, los quehaceres del hogar: preparan tranquilas sus cenas, comen sosegadas, descansan,  aman a sus parejas sin limitaciones, concienzudamente, abiertamente.
La gente es normal, comoquiera es normal, si es blanca, si es negra, si es mulata… pero es normal, no necesita consejos de nadie, porque ella sabe por dónde debe coger, no se turba, no se ahoga en un vaso con agua, no se malhumora, no es indecisa, siempre sabe lo que hace, nadie se mete con ella porque lo concibe todo bien.
Los hombres y las mujeres que caminan por las calles son equilibrados, comedidos, estimados por los demás, gozan de respeto social, son irresistiblemente perfectos… hay quienes se sientan en los parques a decirse secreticos, a pasarla bien, a olvidarse del mundo… a amarse…
Otros se manifiestan certeros, con una sonrisa a flor de labios, son capaces de despertar los sentimientos más agradables que existen. No se estresan, no son aburridos, porque son muy sociables, se comunican bien, manejan excelentemente las relaciones interpersonales y por eso son extrovertidos.
Aquéllos, sí, a esos… les va bien todo, cuando digo que les va bien todo, es todo: la salud, las finanzas, la familia, los amigos, el sexo… No tienen complejos, nadie los critica porque son amables. Asumen prioridades y las realizan sin titubear, planifican sus vidas en formato Excel y el plan de trabajo del día lo ponen en su celular para llevarlo a cabo, detalle por detalle.
Esa gente que yo digo cierra sus puertas temprano, allá dentro en la casa todo es excelente y luego se acuestan diciéndose “buenas noches”, “ha sido un día magnífico”, besándose en la frente, porque existen pocos problemas, todo salió a pedir de boca.
Hay gente, carajo, que vive bien, qué hay gente de qué; todos, todos viven como debe vivir el ser humano, ninguno sufre… aquí mismo desde este asiento del patio estoy viendo todo. Nadie sufre, nadie, nadie, nadie... ¡Ahora que no vengan a echarme miedo con el médico y decirme: vaya a acostarse…! ...Si sólo son las tres de la mañana.

lunes, 18 de mayo de 2020

Kevin


Kevin Javier espera impaciente al cartero.
Kevin recibe deseoso el periódico cada mañana
Se ha enfocado, además de repasar una asignatura durante el día, en seguir  las estadísticas que publica el periódico Granma, acerca del comportamiento de la COVID-19 en Cuba y el mundo.
Va por dos meses de estar recortando los cintillos que muestran cómo marcha la enfermedad en el planeta:
_ ¡Hoy, ninguno en Las Tunas, mami!, ¡sólo seis en Cuba!... ¡Oh, pero 185 países ya…!
Este tunerito espera la mejoría de las estadísticas de la COVID-19




Al refrigerador no le cabe un cintillo más, pero hay libretas del año pasado con mucho espacio y un poquito de harina en el estante que se convirtió en pegamento, para plasmar los números que ya muestran descenso en algunos países, incluyendo Cuba.
Con nueve años, a  Kevin le preocupa el destino de la humanidad. Ora para que todo pase, para que la familia esté bien y poder abrazar a Jonathan, su mejor compañero del aula.
_Me gusta jugar con libertad con mis amigos y dar besos a la gente que quiero… Por eso deseo ver muchos, muchos ceros en los próximos cintillos del periódico.

martes, 10 de marzo de 2020

Un dueto excepcional visita Covarrubias


Una nueva pareja rompe con la discreción habitual de Brisas Covarrubias. El sol y el aire de la mañana incitan a los dos huéspedes a usar sus “llamadas” para atraerse y mientras él inspecciona el terreno, ella escoge la mejor habitación en lo alto de una siguaraya, justo al lado de una de las más de cien habitaciones que tiene la instalación.
Son dos pájaros carpinteros, especie de ave piciforme de la familia Picidae, autóctona de los bosques tropicales y subtropicales de California y México; sin embargo, tienen una distribución cosmopolita.
Tal parece que de las 218 especies que existen, los dos picamaderos, han escogido visitar una playa que invita hasta las aves a disfrutar de sus encantos naturales.
¿De dónde vinieron? ¿Cuántos kilómetros recorrieron? ¿Procrearán? ¿Se quedarán para siempre? Son interrogantes que ni los encantos del sitio podrán responder. Mientras tanto, los humanos cuentan con un espectáculo adicional para disfrutar y quién sabe si en la próxima temporada veraniega ya no sea solo una pareja.

Gabo: poesía en estado sólido


“Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma”. Así dijo en una carta el escritor Gabriel García Márquez, cuando anunció su retiro de la vida pública en noviembre de 2013, donde detalla lo que haría si le "regalaran un trozo de vida", como augurio de su muerte.
Y es que el Gabo fue poesía todo hasta el último aliento de su vida, fracturada el 17 de abril de 2014, en la ciudad de México. Escritor, guionista, editor, periodista, dedicó mucho tiempo a la construcción de la noticia, pero la hizo tan exquisitamente, que no se podía deslindar totalmente de la Literatura:
“Considero al periodismo como un género literario al mismo nivel que la novela, la poesía, el cuento y el teatro. Y es importante porque es un género literario con los pies puestos sobre la tierra. La literatura permite evadirse, pero con la formación periodística un cable lo retiene a uno en el suelo”, -decía entre los consejos y opiniones en torno al oficio periodístico.
Su prosa era poesía, aun en la que aparecía en muchos reportajes periodísticos.  Definía la crónica como “un cuento que es verdad”. La frase contiene su esencia doble: a ratos informativa y periodística, pero también estética y literaria.
Cuentos, novelas, numerosos artículos, reportajes y crónicas, figuran entre los géneros más significativos dentro de su amplia obra. En el modo tan sencillo y al mismo tiempo tan peculiar de narrar, se aprecia la poesía que mana desde lo más sutil: “Su destino, en cierto modo, ha sido el de sus héroes, que sólo tuvieron una validez momentánea en cualquier lugar de la Tierra, y que fueron eternos por la fidelidad de quienes los quisieron. Esa es, tal vez, la dimensión más exacta de Hemingway. Probablemente, éste no sea el final de alguien, sino el principio de nadie en la historia de la literatura universal”. (Un hombre ha muerto de muerte natural. 1983)
El Gabo fue poesía, vista aun en su “carta” de retiro de la vida pública, la cual reproducimos íntegramente:
“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo  lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no lo está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento” “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan".