Belkis
Aguilera es de poco hablar; sin embargo, en Las Tunas muchas personas la
conocen porque es la única fémina que trabaja directo en la producción, en el
asfaltado de viales.
En
veinticinco años, ha realizado importantes labores en la carretera central y en
los ocho municipios de la provincia, como parte de una brigada compuesta por
nueve hombres, pertenecientes a la Empresa
de Construcción y Montaje del territorio.
Entre las pocas
frases que pudo pronunciar por la presencia de la cámara de vídeo y el
micrófono, dijo que le gusta su trabajo, es decir, medir bien la temperatura
del asfalto y la densidad en el pavimento y que sus dos hijos, en lugar de
reprocharle su labor, se han inclinado por carreras relacionadas con la
construcción.
También
dijo: “Muchos pueden ver igual que yo, que este trabajo es duro y aparentemente
sucio, pero cuando una termina la obra, todo se ve "planchadito" y limpio, y
sobre todo útil, por la importancia que tienen las carreteras”
Belkis se ha
convertido en una suerte de rosa que crece en un terreno áspero y caliente,
pero, su presencia en la brigada resulta un oasis inspirador cada día. La
respetan, quieren y le brindan un lugar de prominencia donde quiera que se
trasladen a verter el betún que hace la fábrica de asfalto
en caliente de Las Tunas.
Esta mujer
no teme a los 130 o 160 grados de temperatura con que llega la materia prima a
su lugar de destino. Se sobrepone y la recompensa la encuentra cuando mira a lo
largo de la carretera y disfruta la obra colectiva, una vez pasados los
cilindros. Solo el retiro la separará de esa actividad, eso sí dejó claro en
una de sus respuestas.
Así de
decidida, sin embargo, es
esa tunera.
Única en la provincia de Las Tunas y quién sabe en cuántos lugares más del
mundo.