Una publicación para describir e informar

jueves, 6 de octubre de 2016

Crónica de una cubana




Nunca he visitado Baracoa.  Pero qué cubano, aun cuando no haya viajado hasta esa ciudad no ha conocido algo de ella a través de la Historia, fotos, anécdotas…
Pero la pesadilla que vivieron sus habitantes la noche del 4 de octubre, con el azote del huracán Matthew,  hizo dirigir la mirada de millones de personas hacia allá. Internet fue la primera fuente por la cual, visualizamos algo del desastre. Fotos impactantes conmovieron al más desapercibido de los corazones.
Sin dudas, Matthew se ensañó con la provincia de Guantánamo y las aledañas sintieron sus efectos. La respuesta del resto de los territorios no se hizo esperar. Desde antes que pasara el huracán, brigadas de occidente y de todas las áreas de Cuba se dirigían a diferentes zonas del oriente del país para resarcir posibles daños, una vez que pasara el potente ciclón.
Cada cubano, en la provincia donde resida, tiene experiencia de una etapa vivida de los efectos de algún huracán. Ahora, tristemente toca a los guantanameros asumir su realidad, pero como pasa siempre en Cuba, es con el apoyo de todos.
El que no se haya reportado  pérdida de vidas humanas dice mucho del papel de la Defensa Civil, la organización de las autoridades del territorio y de la propia población, la que merece toda la solidaridad que se le pueda brindar.
Cuba es una sola. En temas de ayuda, compartir y resarcir tenemos experiencias vastas. Por eso, en estos días que Guantánamo está consternado, su necesidad se ha convertido en  cuestión por resolver para todos.
Aún cuando no formemos parte de una brigada de apoyo, podemos con nuestros pensamientos ser positivos y eso seguramente lo sabrán pronto los guantanameros, cuando se recuperen completamente, cuando permitan conocer cuántos millones de cubanos estuvieron horas y más horas frente a sus televisores o emisoras preocupados por su destino.

Foto tomada de internet