Nunca
he visitado Baracoa. Pero qué cubano,
aun cuando no haya viajado hasta esa ciudad no ha conocido algo de ella a través
de la Historia, fotos, anécdotas…
Pero la
pesadilla que vivieron sus habitantes la noche del 4 de octubre, con el azote
del huracán Matthew, hizo dirigir la
mirada de millones de personas hacia allá. Internet fue la primera fuente por
la cual, visualizamos algo del desastre. Fotos impactantes conmovieron al más desapercibido
de los corazones.
Sin
dudas, Matthew se ensañó con la provincia de Guantánamo y las aledañas
sintieron sus efectos. La respuesta del resto de los territorios no se hizo
esperar. Desde antes que pasara el huracán, brigadas de occidente y de todas
las áreas de Cuba se dirigían a diferentes zonas del oriente del país para
resarcir posibles daños, una vez que pasara el potente ciclón.
Cada cubano,
en la provincia donde resida, tiene experiencia de una etapa vivida de los
efectos de algún huracán. Ahora, tristemente toca a los guantanameros asumir su
realidad, pero como pasa siempre en Cuba, es con el apoyo de todos.
El que
no se haya reportado pérdida de vidas
humanas dice mucho del papel de la Defensa Civil, la organización de las
autoridades del territorio y de la propia población, la que merece toda la
solidaridad que se le pueda brindar.
Cuba es
una sola. En temas de ayuda, compartir y resarcir tenemos experiencias vastas.
Por eso, en estos días que Guantánamo está consternado, su necesidad se ha
convertido en cuestión por resolver para
todos.
Aún
cuando no formemos parte de una brigada de apoyo, podemos con nuestros
pensamientos ser positivos y eso seguramente lo sabrán pronto los
guantanameros, cuando se recuperen completamente, cuando permitan conocer
cuántos millones de cubanos estuvieron horas y más horas frente a sus televisores
o emisoras preocupados por su destino.
Foto tomada de internet |