En el Centro
Médico Psicopedagógico “Calixto Sarduy” de Las Tunas, todos los
grupos de pacientes buscan demostrar sus potencialidades en la esfera donde más
cómodos se sienten…Vielka viaja por océanos grises que sólo ella conoce y
tácitamente los dibuja; Mama -así le gusta que le llamen-, no deja de insistir
en los pastos verdes y azules de la sabana donde prefiere estar a solas con las
crayolas que la logopeda Dannis Pilar Olivera le proporciona todas las mañanas.
Y entre el grupo hábil en la
realización de manualidades está René Rondón Carrillo, él fabrica una cesta de
cumpleaños, nadie sabe su destinatario. Lo hace ordenadamente, así como todo lo
que está a su alrededor. Tiene en orden, hasta las pertenencias de Madelín Peña
Alarcón, ella se encarga de los cuidados del lavado, entonces él guarda
cuidadosamente la ropa de ambos en su taquilla.
La cámara que enfoca para
grabarla la confunde y la respuesta se redujo a algunos gestos y ademanes que
indicaron que ella se preocupa por mantener la higiene de los dos y que René le
da la comida todos los días porque casi siempre tiene poco apetito.
En otro salón, Ramona sazona
los colores con la intranquilidad propia de su juventud en unas piezas
plásticas que los terapeutas le ponen encima de una mesa grande, donde comparte
la enseñanza con otros que ensartan tornillos de madera con roscas de
diferentes formas. Jorge Cruz decide transmitir un mensaje de satisfacción a
los presentes con un micrófono sin conexión.
Ciento sesenta y siete
trabajadores atienden a ciento veinte pacientes, internos y externos. Cada uno
tiene su historia. Muchos tienen familiares que los visitan; otros conviven
allí desde edades muy tempranas, pero para todos, el centro resulta un oasis
que los abraza.
De izquierda a derecha, René Rondón Carrillo. |