Por cuatro
décadas, Berando Rodríguez Ferray continúa intercambiando con el pueblo. Con
ochenta y un años de edad sigue activo en la labor de los Órganos Locales del
Poder Popular en la provincia de Las Tunas.
Aunque
anteriormente tuvo funciones en varias organizaciones políticas y de masas del
territorio, la comunidad donde vive ha sido transformada con el esfuerzo de su
perseverancia y dedicación.
En su
mandato han salido adelante tareas de choque como la construcción de un
mercado, el Memorial
“Mártires de Barbados”, y la
mejoría del tendido eléctrico en gran parte de la circunscripción 126 de la
ciudad capital, donde funge como delegado desde hace cuarenta años.
Son
solo algunos de los logros. A él se le debe la gestión del local para un
consultorio del médico y la enfermera de la familia, el punto de entrega de
chequeras a ancianos de su zona y otras aledañas y la mejoría de viviendas de
muchos vecinos.
Aunque
la labor de delegado le absorbe gran parte de su vida, también se dedica en
tiempo libre a realizar labores en un taller de soldadura, pues su formación
como ingeniero mecánico le permite ir más allá de la innovación.
Una hamaca hecha por él la usa para balancearse en las mañanas después de regar las plantas: “Aquí planeo el día, a veces son las cinco en la madrugada y me estoy meciendo en el columpio”, -confirma el octogenario delegado.
En la
casa número diecinueve del Reparto Aguilera de la ciudad capital de la
provincia tiene su refugio. En una máquina de escribir de hace dos siglos
redacta sus informes y tiene a cuenta las inquietudes de sus electores. En ella
copia las memorias de cada reunión y le sirve de confidente ante la soledad que
en pocas ocasiones descubre.