Ernesto Rodríguez Peña y
Rafael Cruz Valentín, ya tienen vencido el tercer nivel de la Escuela especial “Camilo Cienfuegos” de
Las
Tunas. Sin embargo,
desde hace poco más de un año, parece que son miembros de la plantilla que
conforman los trabajadores del Taller de
Manualidades, enclavado en el municipio capital de la provincia.
Y es que en verdad, ambos se
sienten trabajadores, pues sus prácticas laborales les han servido para
intercambiar con compañeros de experiencia y conocer el valor de la
responsabilidad. “Yo no falto ni llego tarde, al no ser que tenga algún turno
con el médico” –explica Ernesto.
Tanto uno como otro, han
confeccionado durante un año rejillas para muebles, redes, cajitas para
cumpleaños y sobres, destinados a los sectores industriales y farmacéuticos.
Según Saleina Castro, Jefa de taller, los jóvenes han aprendido lo mismo que el
resto de los asalariados del centro, con quienes mantienen las mejores
relaciones de hermandad.
En la Unidad labora cerca de
una veintena de hombres y mujeres con algún tipo de discapacidad, pero diestros
en la confección de manualidades. Miles de sobres hechos a mano empacan
los “artesanos” destinados a diferentes
puntos de la ciudad de Las Tunas.
Rodríguez Peña pretende
obtener una plaza en el centro, después que concluya su tiempo de práctica,
aunque a decir verdad, dice: “Me gusta ser chofer y mecánico. Yo le ayudo a mi
tío con el camión... Él me dice: -Niño, tráeme esta llave, y yo se la llevo,
esto, lo otro…”
Jóvenes que niegan todo
tiempo de ocio, y han decidido optar por la artesanía y la superación, para
defender su inserción a la sociedad, a partir del trabajo útil y de la
constancia.
Saleina Castro asesora a Rafael Cruz (al fondo) y Ernesto Rodríguez |
Ernesto Rodríguez |