Todavía, en el siglo XXI es
magnífico recibir halagos tan significativos como un ramo de rosas. Y
el que lo entrega, tendrá entonces la satisfacción de haber disfrutado de un
gesto hermoso. Pero cada una significa algo en el argot popular.
Según el libro La mitología en las plantas, de Eugenio
Zamora Martín, publicado por la Editorial Sanlope, en 2013: “Hay flores de
portes muy modestos, sin que ello mengüe su belleza y perfección, mientras otras son tan sobrias que pueden
considerarse como las aristócratas del mundo vegetal. Las rosas, las orquídeas
y los tulipanes, son buenos ejemplos de ello”.
Luego
continúa: “Las plantas en general, y las flores en particular, han sido
elementos preciadísimos para expresar estados de ánimo, sentimientos, deseos, etc.
(…) sin que ello quiera decir que se haya agotado el tema en su totalidad”.
De
la gran lista que presenta el autor en su libro, escojo algunas de ellas. La
adelfa, por ejemplo, significa seducción. La anémona, abandono; la azucena, corazón
inocente; la begonia, temo, pero espero
siempre y la camelia: altivez.
La campanilla
simboliza caricias; el clavel amarillo, desdén;
el clavel morado, amor constante; el clavel rojo, amor ardiente; el clavel
rosado, reciprocidad, predilección; la dalia, agradecimiento y la flor de
pascua: Natividad del Señor.
La gardenia:
sinceridad eterna; el girasol, falsas riquezas; el gladiolo, cita amorosa; el jacinto,
juegos peligrosos; el jazmín blanco, amabilidad; el jazmín morado, primera
emoción de amor y la magnolia, simpatía.
El narciso,
demuestra vanidad; la orquídea cultivada, encantos femeninos; la verónica, fidelidad;
la vicaria blanca, honradez, honestidad y la vicaria rosada, amistad profunda.
El tulipán manifiesta declaración de amor y la verbena, confidencia.
La rosa
amarilla, indica infidelidad; la rosa
blanca, sigilo; la rosa roja, belleza, majestuosidad; la rosa rosada, juramento
de amor. Una hoja de rosa revela: jamás importunes y la violeta, simboliza
simplicidad y pudor.
Según la historia que pueda tejer con una persona
especial, así tendrá la oportunidad de elegir con intencionalidad la flor a obsequiar. Los
adelantos del ciberespacio cuentan con herramientas para regalar variados
tipos de rosas, pero nunca van a suplir el alto grado de espiritualidad que
reserva colocar un bello ramo en las manos de una persona preferida.
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