Una publicación para describir e informar

miércoles, 9 de diciembre de 2015

El más pequeño jugador de dominó



Kevin Javier  Merino Puig es un niño de cinco años que estudia el grado pre escolar en la Escuela Tony Alomá, de Las Tunas. Allí dibuja, conoce los colores, los principales sonidos, cuenta hasta más allá del diez y en los juegos de roles, lo mismo es doctor que vendedor de frutas.
Así más o menos, trascurre la vida del pequeño en su centro escolar. En casa, el uso de las nuevas tecnologías lo comparte con algunos juegos tradicionales, que por mucho ejercitarse en la población, parecen nacidos en Cuba. Me refiero a los dados o corotos y el dominó.
A todos en casa les pareció extraño el día en que pidió le comprasen un juego de dominó. Muchos pensaron que iría a parar en pocas horas a la caja de juguetes rotos o rechazados. Pero la sorpresa dejó atónitos a muchos. Desde entonces, guarda las fichas con recelo y acompaña al abuelo en casi todas los partidos que celebran en la casa paterna.
Edermo Merino, su abuelo, asombrado, cuenta sobre el progreso del niño en el juego de mesa…”Y es tan dichoso, que gana muchas veces. Primero pensábamos que colocaba fichas por los colores, pero le compramos un juego de un solo tono y sabe cuándo va una  y otra”
Kevin muestra responsabilidad en el momento de jugar, es disciplinado y aunque no le gusta perder, no hace trampas tampoco. Debe ser porque es, a su juicio, el esparcimiento que más le place, aunque todavía tenga que subirse en dos sillas para poder  poner bien las fichas en el tablero e igualarse al resto de los adultos.
Dice que le gusta compartir con su familia. Me doy cuenta cuando choca las manos con Edelmo Merino, después que pusieron una ficha con la cual ganaban esa data. Quién sabe si, no tan lejano, participa de algún campeonato de Dominó para infantes y deje atrás el parecer de mucha gente cuando dice que es el niño más pequeño que juega dominó en Las Tunas.